Domingo 3 de Septiembre: COSTA DE LOS CATLINS
De la costa Oeste a la costa Este.
Hemos cruzado el país de Oeste a Este, de los fiordos y los valles glaciares a la costa de praderas y bosques: «donde el bosque se encuentra con el mar» leemos por aquí; un cambio, en apenas unas horas, brutal.
Nos despertamos con la incógnita de lo que nos rodea, pues ayer llegamos de noche; estamos acampados junto a una playa de arena fina y clara, en una verde pradera, ¡menudo amanecer!! Hace bastante frío fuera, el día está despejado pero ha caído una buena rosada esta noche. Desayunamos disfrutando de las vistas y observamos gente con redes por la orilla, nos preguntamos qué pescan. Nos lavamos, vestimos y salimos a dar un paseo, Papá les pregunta a un grupo de pescadores qué es lo que están cogiendo con las redes, nos enseñan una espacie de pececillos completamente transparentes; les preguntamos si los usan de cebo para pescar otros peces o si son para comer, «para comer» nos dicen. Papá les dice que tendrán que coger muchos aún para llenarse, se ríen… los cocinan con huevo, suponemos que una especie de tortilla o huevo revuelto.
Nos ponemos en marcha, dispuestos a recorrer toda la carretera panorámica que recorre la costa de los Catlins. Arrancamos de FORTROSE y nuestra primera parada es el faro de Waipapa Point, aquí hubo un desastre naviero con un buque que encalló en un arrecife y murieron más de 130 personas en 1881, después hicieron el faro, de los últimos construidos en madera, y el gobierno de Nueva Zelanda obligo a llevar tantos chalecos salva vidas como pasajeros; nos gusta mucho el lugar, la playa con las barreras de rocas y nos llama mucho la atención los arbustos, como están todos modelados por el viento que debe de hacer aquí. Segunda parada Slope Point, punto más al Sur de la isla Sur de Nueva Zelanda, con un gran acantilado al final de un gran campo verde, no nos lo esperábamos, muy bonito también. Todo esto con la caravana por pistas, está todo en obras, son pistas en muy buen estado, pero hay que ir despacio… como la canción jiji Tercera parada Curio Bay, un antiguo bosque tropical habitaba esta costa, lo que ahora son rocas y arrecife; es el hogar de pingüinos, paseamos por la zona pero no vemos ninguno, deducimos que por el día están en el mar pescando, el sitio muy bonito también. Encontramos una zona para comer en la caravana junto a la bahía, así que comemos también disfrutando de unas preciosas vistas. Siguiente parada las Cascadas McLean, un camino por un bosque cerrado y muy húmedo nos lleva hasta una bonitas cascadas, los caminos están muy arreglados con puentes, pasarelas, escaleras… el agua está muy turbia y hace mucha espuma, hay miles de helechos pero parecen árboles, tienen un tronco grande, no son como en España que salen en el suelo; un paseo de unos 30 minutos muy bonito. Siguiente parada Lago Wilkie, una lagunilla junto a la carretera en medio de un frondoso bosque con algunos arboles enormes, unas pasarelas te van guiando el camino que debes hacer, otro pasito de unos 30 minutos. La siguiente parada eran las Cuevas Cathedral, pero el acceso está cortado, así que seguimos la ruta. La carretera, ya bien asfaltada, es preciosa, metidos en un bosque que parece no tener fin, incluso hay musgo en el asfalto… llegamos a Nugget Point y su faro. Otro sitio que nos deja boquiabiertos, playas de arena clara y fina, rocas negras, verdes praderas… y aquí un gran acantilado donde han hecho un faro, el camino para llegar al faro da un poco de miedito, una barandilla no estaría de más, llegamos al final del sendero, acantilado por ambos lados y el faro en medio, precioso.
Emprendemos camino hacia nuestro lugar de pernocta, se nos vuelve a hacer de noche por el camino, llegamos al sur de la ciudad de Dunedin, nuestro destino de mañana, Papa nos lleva a otra zona de acampada junto al mar en el pueblo de BRIGHTON, pero como es de noche no vemos apenas nada. Cenamos y nos acostamos, estamos cansados.